Por Armando Alducin
1 Tesalonicenses 1:8
“Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada”
Siempre he creído que Dios ha puesto en cada uno de nosotros, un mensaje que transmitir. Ese mensaje a lo largo de nuestras vidas se ha configurado por medio de las batallas que hemos librado y que hemos vencido en el nombre del Señor.
Dios quiere que ese mensaje sea transmitido. Tal como lo menciona la palabra en 1 Juan 5:10: “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo;”. Es decir, nosotros somos testigos a través de nuestros testimonios de que nuestra Fe en Dios es lo que nos ha permitido sobrellevar las cargas más duras y mantener la serenidad en los momentos de mayor regocijo. Somos prueba de que en Cristo todo es posible.
Para difundir el mensaje no es necesario, ser expertos ni tener respuesta a todas las preguntas, solo basta con transmitir el cambio que hemos experimentado a partir de la obra que Cristo ha hecho en nosotros, utilizando como instrumento y guía su Palabra, que de seguro fue la luz al final del túnel al presentarnos sus poderosas lecciones de vida:
como levantarnos del error (Salmos 52)
nuestra actitud en la escasez (Filipenses 4:11-13),
como sobreponernos en momentos de angustia (2 Corintios 1:4-10),
la importancia de la paciencia (Salmos 40) y en cada una de nuestras realidades, muchas lecciones más.
En la medida en que dependemos del poder de Dios, para cumplir nuestra misión de vida, somos capaces de indicarle a un mundo que hoy sufre, el camino a seguir. Con su ayuda podemos testificar y con ello dar fe, del poder transformador de su presencia en nuestras vidas.
AUDIO POR PASTOR ADÁN VÁSQUEZ:
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