Por Pastor Adán Vásquez
1 Juan 3:22
En este pasaje, el apóstol Juan nos enseña otra clave para que nuestras oraciones sean contestadas: se trata acerca de la obediencia a la Palabra. En un versículo, el apóstol Juan enseña que la obediencia a Dios es esencial para obtener las anheladas respuestas al clamor y la oración que elevamos a nuestro Señor. El versículo dice que “cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos”. La palabra guardar en este texto significa obediencia.
Este acto, consiste en seguir las indicaciones de Dios para cumplir su voluntad con gozo y amor, se trata de una negación de la propia voluntad para someterla a la voluntad de Dios.
Además de esto, el texto enseña que es importante “hacer las cosas que son agradables delante de él”. Hacer lo agradable ante Dios fue lo que Jehová pidió continuamente a su pueblo Israel en el Antiguo Testamento. La condición principal que el Señor estableció para la vida de su pueblo fue la obediencia. De esto dependía la prosperidad espiritual y material; también de esto dependía las victorias sobre los enemigos, pero fue precisamente en este punto cuando el pueblo falló, el pueblo de Dios defraudó continuamente a su Señor y la desobediencia le trajo duras y dolorosas consecuencias, ellos pagaron un alto precio por su rebeldía. Las veces que pudieron obedecer la voz del Señor obtuvieron grandes bendiciones.
Esta es la misma condición que el Señor está demandando en la actualidad. Obedezcamos al Señor por amor y convicción, obedezcamos por reconocimiento de su nombre. Si obedecemos al Señor simplemente para cumplir caemos en la religiosidad. La obediencia debe nacer en el corazón, solamente así tendremos la buena voluntad de Dios para nuestras vidas.
En esta oportunidad le invito a mejorar su nivel de obediencia al Señor, le invito a mejorar su vida espiritual poniendo énfasis en la obediencia a la Palabra. Ciertamente no es fácil obedecer, es una tarea ardua y en ocasiones es complicada, pero Dios mismo nos ayudará a obedecerlo y en respuesta, obtendremos grandes bendiciones de nuestro Señor.
Dios les bendiga amados hermanos.
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