Por Pastor Adán Vásquez
Marcos 11:20-26.
Seguramente hemos escuchado este relato que presenta el evangelio de Marcos 11:20-26. En esta escena, vemos el asombro de los discípulos de Jesús cuando vieron aquella higuera totalmente seca porque había sido maldecida por el Señor Jesús por falta de frutos.
En el versículo 22 vemos que Jesús les dice que deben tener fe en Dios, además en el versículo 23 el Señor desafía a sus discípulos diciéndoles que si usan la fe no solamente serían capaces de secar una pequeña planta con la voz, sino que moverían montañas enteras para trasladarlas al mar. Y por si fuera poco, en el versículo 24 el Señor Jesús asegura a sus discípulos que si oran y creen recibirán TODO lo que pidan.
Si dejamos la lectura hasta allí, perderíamos la esencia de la enseñanza de Jesús. Realmente el Señor no está enseñando a sus discípulos a mover montañas literales con la fe, el punto al que quería llevar a sus seguidores es en cuanto perdón de las ofensas recibidas.
Los versículos 25 y 26 relatan la lección de Jesús. Él les enseñó que el perdón de las ofensas es una condición importantísima para que las oraciones sean recibidas en el cielo.
Entonces, queridos hermanos, la oración que mueve montañas es aquella que se eleva desde una vida que ha sabido perdonar, una vida que ha sabido superar el daño la ofensa recibida. Estoy muy seguro que si removemos las montañas de remordimiento y rencor de nuestros corazones obtendremos grandes respuestas del Señor cuando oramos.
Por eso, en esta oportunidad le pregunto: ¿está limpio su corazón? porque dependiendo del estado de su corazón, así el Señor se manifestará en las respuestas a las oraciones.
Le invito a que dejemos de anidar los rencores, enojos y resentimientos en nuestros corazones. Posiblemente usted me diga que eso es imposible porque el daño que le han hecho es semejante al tamaño de una montaña. Pero yo le digo que con la ayuda del Señor usted podrá perdonar, y lo mejor de todo es que usted no pierde nada al perdonar, sino que recibirá TODO lo que le pida al Señor en su voluntad.
Si usted todavía tiene frescas esas ofensas en su corazón, la Biblia misma asegura que su oración no llegará al cielo. Así que, si queremos ver respuestas grandes respuestas, debemos tener un corazón perdonador. Le invito a perdonar para que su oración sea de aquellas que mueven montañas.
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