LA INGRATITUD
- Adán Vásquez
- 27 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Por Pastor Adán Vásquez
Lucas 17:11–19
Amados hermanos. En este pasaje encontramos la historia de diez leprosos que milagrosamente recibieron sanidad física.
Los versículos 11 al 13 relatan que Jesús iba a Jerusalén y pasaba entre Samaria y Galilea, entonces 10 leprosos salieron a su encuentro los cuales gritaron desde lejos a causa del distanciamiento social que provocaba su enfermedad. Ellos dijeron “Maestro, ten misericordia de nosotros”. Este clamor fue escuchado por el Señor porque precisamente él es misericordioso con todo aquel que le clama de esta manera. Esta corta oración de los leprosos fue elevada de la manera correcta, estaba enfocada con base en la misericordia de Dios. Si nos acercamos a nuestro Señor con esta actitud y con este reconocimiento de su carácter, seguramente seremos escuchados.
En el versículo 14 Jesús en su bondad les indica que se muestren a los sacerdotes, este era el protocolo establecido en la época para declarar sano a un leproso. Esto significaba sanidad, entonces mientras iban fueron sanados. Jesús atendió la petición de estos enfermos concediéndoles sanidad.
Pero la lección del pasaje está en los versículos 15 y 16, los cuales relatan que solo uno de los diez leprosos volvió a Jesús para expresar su agradecimiento a viva voz y con una expresión de adoración. Este era un extranjero que era menospreciado por los judíos por temas raciales.
Los versículos 17 y 18 dicen que Jesús preguntó por los otros nueve leprosos, lamentablemente ellos olvidaron el milagro recibido y regresaron a la “vida normal”; procuraron realizar los trámites correspondientes para volver a su rutina, pero dejaron por un lado algo muy importante: La gratitud.
Esta ingratitud frecuentemente se repite en la actualidad, en tiempos de angustia clamamos a Dios y le pedimos misericordia, pero rápidamente olvidamos la bendición recibida, pensamos que Dios debe estar a nuestro servicio, porque únicamente pensamos en nuestra comodidad y bienestar.
Le invito a que nos identifiquemos con el samaritano que recibió sanidad. Seamos agradecidos por lo que Dios nos ha concedido.
Los nueve recibieron sanidad física pero sus corazones siguieron su camino antiguo, sus corazones nunca fueron sanados y seguramente su eternidad no es con Dios. Pero este samaritano recibió sanidad completa porque en el verso 19 Jesús le dice “tu fe te ha salvado”.
No seamos ingratos con el Señor, demostremos gratitud y el Señor seguirá benevolente en nuestra vida.
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