Por Lucas Leys
Santiago 1:19. "Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar…"
Podemos ganar más amigos escuchando que hablando. Si somos personas que sólo saben hablar y hablar sin parar, las otras no tardarán en pensar que sólo estamos interesados en nosotros mismos.
El oído es un regalo muy importante. Hay mucha gente que necesita que le escuchemos. Algunos están acostumbrados a que nadie los escuche y otros a ser ellos siempre los que hablan. A mí me da pena ver líderes que no pueden conversar sin predicar.
Tengo un amigo que es un líder muy importante de la iglesia. Como es mayor que yo, cree que siempre tengo que escucharlo a él y casi nunca me deja hablar. Muchas veces presume adivinar lo que yo quiero decir y me responde como si yo estuviera diciendo algo que en realidad no tiene nada que ver con lo que dije. Es una lástima. Yo le he pedido a Dios que me permita usar muy sabiamente mis oídos y no ser así.
Hay un mercado en declive para las palabras. Ya nadie confía en los políticos ni en los religiosos. Dar la palabra no basta y en el mercado hay que firmar papeles. Es que el discurso está en quiebra. Hoy hace falta gente que sepa escuchar. Los cristianos debemos ser: «Amigos, consejeros, líderes, padres e hijos que sepamos escuchar». La misma Biblia dice: el que tenga oídos para oír, que oiga.
Punto de reflexión
¿Conozco a alguien que necesita ser escuchado?
¿Cómo puedo usar mejor mis oídos?
Oración
Señor hoy quiero escucharte en lo que otros me dicen. Quiero ser sensible y de veras prestarle atención a lo que la gente quiere decir aun sin palabras. Hazme un amigo que sepa escuchar.
AUDIO POR PASTOR ADÁN
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