Por Pastor Adán
Salmos 122:1-9
Este es uno de los salmos graduales en la Biblia, desde el Salmo 120 hasta el 130 son denominados con tal nombre porque eran himnos utilizados por el pueblo judío para alabar a Dios mientras subían a Jerusalén para adorar al Señor.
Observemos que en el verso 1 inicia con alegría por ir a la casa de Dios en la ciudad santa. Del verso 2 al 4 hay una emoción especial por estar en Jerusalén, la ciudad santa, para alabar el nombre de Dios. En el verso 5 hay un reconocimiento al reinado de Dios en el templo. Luego los versículos del 6 al 9 presentan una petición de los adoradores acerca de la paz de Dios, pero esta palabra tiene un mayor significado, implica prosperidad y bienestar para todos los adoradores en la ciudad.
Esta rápida revisión del pasaje bíblico nos ofrece lecciones en cuanto a la comunión cristiana.
Primero podemos decir que debiéramos buscar la presencia de Dios con ánimo y gozo en nuestros corazones, así como los viajeros de la época bíblica unamos nuestras voces y corazones para adorar al Señor con emotividad, deleitémonos en su presencia en cada oportunidad que tenemos para reunirnos como comunidad espiritual.
También es importante cultivar la paz entre nosotros como congregación, así como aquellos adoradores clamaban por la paz de Jerusalén y le anhelaban prosperidad a la ciudad y a todos los adoradores. Así nosotros debiéramos seguir cultivando la paz de Dios en nuestros corazones. Vivamos cada día buscando compartir la paz de Dios a otros, seamos una comunidad de paz, que nuestra identidad cristiana en la sociedad pueda ser visible con la paz de Dios en nuestros corazones. Vivimos tiempos de convulsión y este mundo agitado necesita ver y experimentar la paz que no se encuentra con recursos humanos sino solamente en el Príncipe de paz.
Haciendo esto impactaremos en nuestra sociedad. Dios le bendiga siempre.
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