Por Pastor Adán Vásquez
Salmo 106:1-3
En este pasaje encontramos una alabanza a Dios expresada por el salmista de una manera particular, esta alabanza no consiste en cánticos sino en actitudes correctas.
El versículo 1 inicia con la palabra "Aleluya", esta palabra es de origen judío y significa “alabad a Dios” es una expresión para exaltar el nombre de Dios. Luego el versículo menciona dos razones de la alabanza a Dios, primero dice que el Señor es bueno. La palabra bueno se refiere a la bondad de Dios y a su benignidad. En verdad hermanos, Dios no es malo como algunos piensan, el hecho de que suframos dolor y angustia no quiere decir que Dios es malo, Él siempre es bueno y se manifiesta de manera especial en los tiempos adversos. La segunda razón de alabanza que el salmista presenta es la misericordia de Dios, esta palabra también se refiere a la benignidad del Señor, el salmista hace ver que en todo tiempo Dios es misericordioso. Así nosotros somos llamados a reconocer su carácter benigno en toda circunstancia.
En el versículo 2 el salmista hace dos preguntas reflexivas, la primera dice ¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? es decir, ¿quién tendrá la capacidad de describir todo lo que Dios hace; de poder expresar con palabras humanas lo que él hace cada día? la respuesta es: nadie. El ser humano es incapaz de reconocer a cabalidad todas las obras que Dios hace porque no hay palabra humana que pueda describir a cabalidad las obras de Dios a nuestro favor. La segunda pregunta es ¿quién contará sus alabanzas? es decir, ¿quién podrá alabar a Dios de acuerdo a la magnitud de sus obras? nuevamente tenemos que decir: nadie. Ninguno de nosotros podría alabar a Dios dignamente porque somos imperfectos.
Pero el versículo 3 muestra una clave para expresar alabanza a Dios. El versículo en mención dice “dichosos los que guardan juicio, los que hacen justicia en todo tiempo”. Según este pasaje son dichosos los que mantienen una actitud correcta ante Dios. Las palabras juicio y justicia denotan la una actitud que agrada a Dios. Entonces podemos alabar a Dios de manera digna con nuestra correcta manera de ser, porque las actitudes justas honran el nombre de Dios, las actitudes correctas alaban con una mejor tonalidad el nombre del Señor.
Cuán importante es mantener una actitud correcta en estos tiempos de adversidad. No permitamos que el maligno domine nuestra mente para accionar en contra de los demás. Procuremos ser guiados por Dios para tomar acciones que bendicen a los demás porque, haciendo esto, estaremos glorificando el nombre del Señor con la mejor alabanza.
Dios les bendiga.
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